Manso y dulce. Políticamente correcto. Un gran maestro. Estas
son las representaciones populares de Jesús. Pero no son la imagen completa.
Tal vez porque es incómodo, o tal vez porque es inconveniente, tanto los
cristianos como los no cristianos están pasando por alto la dureza del
Salvador, su misión apasionada de presentar claramente el evangelio y traer a
la gente al reino de Dios. Era una misión que a veces requirió que alzara su
voz y levantara un látigo.
Manso y dulce. Políticamente correcto. Un gran maestro. Estas
son las representaciones populares de Jesús. Pero no son la imagen completa.
Tal vez porque es incómodo, o tal vez porque es inconveniente, tanto los
cristianos como los no cristianos están pasando por alto la dureza del
Salvador, su misión apasionada de presentar claramente el evangelio y traer a
la gente al reino de Dios. Era una misión que a veces requirió que alzara su
voz y levantara un látigo.


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